martes, 14 de agosto de 2012

Prólogo.



Sus ojos era lo único que podía recordar era lo que más marcaban
mi mente como una canción que no puedes dejar de cantar, sus ojos tan hermosos ya la vez tan imposibles sabía que no eran verdad sabía que era un simple sueño pero no lo quería aceptar cada vez que venían a mi mente mantenía más la esperanza de que ese sueño duera mi realidad y donde ahora estaba una simple pesadilla ya tan cotidiana que no parecía asombrar como la primera vez que la viví, como esa noche que jamás olvidare donde descubri quien era yo.

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